La periódica revisión dominical

BUNKER LITERARIO

Entrevista a Enrique Vila-Matas: «Sin Borges hablaríamos en inglés» octubre 30, 2008

 
 
20061222elpepicul_21Difícil de clasificar, Enrique Vila-Matas ( Barcelona, 1948 ) es un escritor que ha desarrollado una voz propia y un estilo inconfundible. Culto e irónico, en sus libros explora las derrotas y victorias de los escritores con la literatura; los suicidios ejemplares; los sinsabores de los autores que ya no pueden escribir más. Creador de un mundo personal, rodeado de citas, reales o falsas, Vila-Matas es consciente que toda escritura viene siempre después de otra. Se pasea por el cuento, el ensayo, la crónica y las novelas, cargando todo lo que escribe con su particular manera de ver y entender el mundo; con la idea de que todo puede ser –y es- literatura.

 
 
Roberto Santander – Martín Abadía

 
 
 
Ha escrito cuentos, ensayos, novelas y ahora en Dietario Voluble explora la escritura de un Diario. ¿Qué formato le resulta más cómodo? ¿Nunca escribió poesía?
A lo largo de mi obra van sucediéndose los géneros como estados de ánimo. En todos me encuentro cómodo, porque en realidad mi propia escritura es un género de géneros. Aplico mi estilo a todo lo que hago. Me gusta escribir en horizontal y tal vez por eso huyo de la poesía, siempre tan obligadamente vertical.
 
Tengo entendido que en alguna entrevista mencionó que comenzó a escribir imitando el estilo de Néstor Sánchez. ¿Por qué elegir a Néstor Sánchez, un escritor, por lo demás, conocido –lamentablemente- por muy pocos y con un registro algo extraño dentro de la lengua castellana?
Es una declaración de principios. Siempre me han interesado los escritores que no están magnificados. Siempre he tenido –ya desde el primer momento- la manía de dar cuerda a los relojes, “de ponerlos en hora, de colocar las cosas en sitio, de sacar brillo a lo empañado y a la luz lo que ha sido relegado a la sombra, de reparar y limpiar los viejos juguetes de la civilización olvidados en los desvanes, y en consecuencia mi tendencia al descubrimiento de terrenos literarios inéditos.
 
En sus obras se reflexiona sobre el acto de escribir (o dejar de hacerlo) como una escari1constante que atraviesa sus libros. ¿Es imposible, como escritor, dejar de pensar en la escritura mientras se está escribiendo? ¿Y cuando lee, piensa como escritor o como lector?
Soy un lector que escribe. Me parecen, por otra parte, muy interesantes los escritores como personajes. Atención: no todos los escritores lo son. De hecho, sólo un uno por ciento de los escritores que he conocido personalmente son interesantes. Pero los que lo son, lo son mucho.
 
Es común que se apele a la clasificación ficción y no-ficción. ¿No cree que todo, finalmente, es ficción?
Ficción es ficción, que decía Nabokov. Sí, claro que estoy de acuerdo con esto. ¿A qué me dedico yo si no? Me dedico a la ficción. Pero busco a través de ella la verdad. Parece paradójico. Ya lo digo en Dietario voluble: Está todavía por escribir la historia de todos aquellos escritores -desde Montaigne y Cervantes hasta Kafka, Musil, Beckett, Perec- que lucharon con un esfuerzo titánico contra toda forma de fingimiento o de impostura. Una lucha de evidente acento paradójico, pues quienes así combatieron fueron escritores que vivieron anegados hasta el cuello en el mundo de la artificialidad y de la ficción. Sea como fuere, de esa tensión han surgido las más grandes páginas de la literatura contemporánea.
 
¿Extraña algo de la vida nocturna de Barcelona?
Agoté la experiencia nocturna hasta extremos indecibles. Conozco muy bien ese mundo, pero no lo añoro nada.
 
¿Siente que al mencionar a tantos escritores en sus libros ha ido generando un nuevo canon? ¿Que, por ejemplo, al mencionar a Walser, una gran parte de sus lectores siente la necesidad de ir en búsqueda de ese libro?
Remito al artículo de Christopher Domínguez Michael sobre Dietario Voluble en la revista Letras Libres del mes de octubre 2008. Ahí habla, en términos muy lúcidos, del canon que he ido creando con mi obra.
 

 

novelista_enrique_vila-matas¿Qué libros tiene cerca, ahora? ¿Recuerda haber perdido alguno al que le tenía profundo cariño?
El rey de mi biblioteca es la traducción al español de Tristram Shandy, de Laurence Sterne. En estos momentos, estoy leyendo el último libro de Pedro Zarraluki. Y tengo muy cerca Ulises de Joyce, debido a que participa en la novela que escribo actualmente.
 
Suele comentarse en Latinoamérica, cuando se habla de autores españoles contemporáneos, que son libros poco arriesgados, aferrados fieramente a la tradición de lo que se entiende debe ser una novela o un poema. ¿Comparte el criterio? ¿A qué se debe?
Es difícil generalizar. Hay gente interesante y otra muy estúpida, como en todas partes. La verdad es que no miro mucho a los escritores en función de sus nacionalidades.
 
Hay una especie de secreta –y no tan secreta- admiración por usted y Ricardo Piglia, entre los escritores jóvenes. ¿Cuál es su opinión respecto a la narrativa de Piglia?
Soy un lector entusiasta de Piglia, muy especialmente de todo lo ensayístico, que me aporta siempre muchas ideas. Es uno de mis escritores preferidos.
 
¿Cuál sería el soundtrack de Dietario Voluble?
No sé qué es un soundtrack y sobre todo no quiero saberlo.
 

 

Entre los escritores contemporáneos que lee, ¿cuál le ha llamado la atención, últimamente?vila-matas61
Coetzee, Sebald, Bolaño, Magris, Fresán, Don Delillo, Echenoz, Michon, Hemon…
 

 

¿Qué habríamos hecho sin Borges?
Hablar sólo en inglés.
 
Kafka, en sus Diarios, dijo “Es totalmente cierto que escribo esto porque estoy desesperado a causa de mi cuerpo y del futuro con este cuerpo”. ¿Cómo relaciona la cita con lo que usted escribe?
La única forma de relacionarlo es convirtiéndome en escritura, literalmente. Que el cuerpo sea puro texto.