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BUNKER LITERARIO

Entrevista a Nacho Vegas: «No quiero dejar de hacer canciones. Al menos mientras todo parezca seguir tan desordenado alrededor» octubre 31, 2009

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nacho_vegas_9_foto_pablo_zamoraLo primero que me viene a la memoria cuando pienso en Nacho Vegas es una melodía que no precisa letra. Extraño tratándose de un músico cuya lírica es tan personal como abrumadora. La melodía en la que pienso y el disco que la contiene llevan el mismo nombre: Actos Inexplicables. Se escucha más que todo el mar (pero a lo lejos), la montaña (pero a lo lejos), y el frío, sobre todo el frío, y poco fuego al que acercarnos. Me dirás, parece música incidental. Me dirás, parece el sonido del final o del principio de un film. Y podría decirte que sí, pero que el film no es más que un continuo ruido blanco con la imagen fija de una tierra gélida, desamparada, y un áspero vaticinio, igualmente gélido. En ese zona todo te parecerá un principio o un final infinito, pero te vas a dar cuenta de que es sólo una sensación: de que no habrá más que un nudo al que no podrás percibir como tal. Lo sabrás porque empezará a anidar en tu interior. Te sabrás atenazado por él, cautivo de él, inamovible. Caminando sobre tus viejos pasos, adivinando tus pasos futuros. Como nudos, como espiroquetas, como signos de interrogación sin preguntas en medio.
Nacho Vegas inició de esa manera su carrera solista, acorralando su vida contra las riendas y escrutándola duramente a los ojos: una mirada de ruido blanco. Esa mirada que es tan solo nudo que quiere resolverse con palabras. Mirada que busca nuestros ojos en cada una de sus canciones, pidiéndonos que guardemos el secreto, que no contemos nada de lo que nos dijo, que el aire inútil que flota entre nosotros es lo único sagrado y lo único verdaderamente indestructible. Eso parece seguir afirmando con su último Epé, El Género Bobo. Por eso fuimos en su búsqueda. Por eso le invitamos a responder.

 

Martín Abadía – Roberto Santander 

 

 

 

Nacho Vegas por Parapo ¿Cómo fueron tus inicios en la música, Nacho? ¿Recuerdas tu primera aproximación a un instrumento, las canciones que se escuchaban en tu hogar, la primera letra que escribiste? ¿Cuál fueron los artistas que te llamaban la atención entonces?
Recuerdo La Internacional, no lo digo en broma, mi padre era del PSP entonces, y después del PCE, antes de acabar en el PSOE cuando llegaron al poder. De pequeño íbamos a las fiestas del partido en Asturies y claro, siempre se acababa entonando el himno con el puño en alto. Más tarde, recuerdo tocar la batería con los cacharros de cocina mientras escuchaba canciones a todo volumen. Lo de todo el mundo. Lo hacía con los Housemartins. Mis primeras letras eran muy malas, claro. Todo ahora parece muy lejos.

 
Acabas de sacar a la calle un nuevo Ep, “El Género Bobo.” El Ep es un formato en el que sigues incurriendo. ¿Hay alguna razón por la que sacar Eps y no Lps? ¿Hay algo que te entregue ese formato que no encuentres en formatos más extensos?
Puede venir a ser como un libro de relatos o una novela. Es cuestión de extensión, nada más. Me gustan los epés, crecí escuchando muchos. Para mí tienen tanta entidad como un álbum, pero es diferente enfrentarse a cinco canciones que a diez o doce. En ese sentido son ventajosos, la capacidad de concentración en la grabación y mezcla es mayor.
 
Hablaste alguna vez que te sentías –en el mejor de los sentidos- condenado a crear, a hacer canciones. Que se trata de algo que, en algún punto, no era una elección personal ¿Has sentido alguna vez que las cosas te llegan desde algún lugar indeterminado, que funcionas como una especie de antena?
No, si dije eso era mentira. Podría dejar de hacer canciones, pero no quiero. No me viene bien, al menos mientras todo parezca seguir tan desordenado alrededor.
 
Pasemos a este nuevo disco. ¿Cómo fue la grabación? ¿Cuánto tiempo duró el trabajo? ¿En las grabaciones eres de estar atento a todo, de llevar adelante el trabajo personalmente o trabajas en conjunto y aceptas sugerencias de quienes te rodean?
Es un trabajo en conjunto en el que yo llevo la batuta aunque no quiera. Grabar es sólo una parte; todo esto dura mucho, es siempre. Las canciones están en todo momento ahí. Las voy ordenando, escribiendo y corrigiendo, y después comienzo a trabajarlas con la banda en el local, y luego en el estudio. La grabación dura un mes en total, pero el disco aglutina uno o dos años de canciones.
 
nacho-vegas-foto-pablo-zamora“Dentro de este horror no hay literatura”, cantas en Ocho y Medio. No obstante, tus letras tienen mucho de literatura. Hay algo extraño que ocurre con tus letras, que no ocurre con las de la mayoría de los músicos: al tomar una letra y leerla, me doy cuenta de que no se adaptan a un número definido de versos y que tampoco son versos libres. Más bien parecen ser relatos muy precisos, escritos desde un lugar diferente al de un músico que espera musicalizarlos. De tus primeros discos, a estos últimos, ¿de qué maneras trabajas las letras? ¿qué cambios notas en la forma de encararlas desde tus primeros discos? ¿No crees que hay una tendencia a buscar cierta historia prosaica, más que de llenarla de imágenes y evocaciones líricas?
No sé, escribo lo que puedo y lo que tengo que hacer, eso es todo. Pero desde luego la forma ha cambiado con los años. Utilizo la primera o la tercera persona para ver las cosas desde diferentes perspectivas, y en alguna ocasión la segunda. De hecho la primera persona no es siempre la misma en cada canción, vas creando personajes a través de los que cantar. Y más que una tendencia al prosaísmo lo es a buscar lo esencial. Para mí acabar una canción es como podar un árbol, despojarlo de sus ramas para que pueda seguir con vida.

 
Por lo que entendemos una de tus influencias más fuertes ha sido Leonard Cohen. En la manera de enfocar las canciones, en los fade inque las inician, en los coros femeninos que las decoran, los arpegios, incluso en algunos procedimientos de escritura como en “AL Norte Del Norte,” hay referencias puntuales al primer Cohen. Hablando más generalmente, ¿Cómo es tu relación con este tipo de influencias? ¿Crees que un artista debe estar atento a buscar autenticidad más que originalidad?
Leonard Cohen ha sido y es una gran influencia, claro. Y me gusta dejar guiños en los discos, también usando el inicio de Five Years en una canción, haciendo fundidos como los de algunas canciones de Elvis, o incluyendo un verso de Lole y Manuel en un tema, por ejemplo. Los títulos contienen también en ocasiones referencias. “Las Inmensas Preguntas” proviene de un poemario de Antonio Cisneros. Bueno, no te voy a contar todas…
En cuanto a la última pregunta, creo que un artista sólo debe estar atento.
 
 
 
nacho_vegas_15_foto_webEn ocasiones pareces encariñarte con ciertos límites que, en algún punto, resultan perturbadores, convulsivos. ¿Te interesa incomodar a quien te escucha?
No, no, yo ni siquiera sé quién me escucha. A mí me gusta la música que me perturba, pero cuando yo hago canciones no hay ninguna finalidad. Aunque tal vez sí necesito sentirme perturbado en el proceso.

 
 Por otro lado si en lo que haces aparece el humor, lo hace de manera muy concreta, sobre todo en los títulos. Y es un humor amargo, sórdido. En varias de tus canciones tomas tópicos-clichés como “la paz mundial” para acabar descontento luego en referencias muy personales. Me pregunto de que manera piensas la distancia que existe desde lo público a lo privado en este caso, si las condenas que abigarran a todos no recaen de manera mucho más fuerte en uno mismo.
Bueno, creo que es lo contrario, las condenas de uno son las de todo el mundo, y yo con las canciones trato de recorrer ese camino de lo particular a lo universal.
 
 
En relación con este carácter fuertemente personal de tus trabajos me pregunto si en alguna medida te haces cargo de esa otra biografía que va escribiéndose en tus canciones. ¿Crees que también es parte de tu vida lo que escribes, que haberlo escrito es en buena medida haberlo vivido? ¿No sientes que esa tendencia a la absoluta sinceridad, a esa también llamada honestidad brutal, es una utopía más?
Lo que escribo y lo que vivo es lo mismo, y es completamente diferente. La honestidad no es una utopía, es una obligación de cualquiera que escriba. La sinceridad es otra cosa, esa sí que probablemente esté sobrevalorada. En los reality shows los concursantes suelen ser todos idiotas y no dejan de reivindicar su sinceridad. Supongo que eso da que pensar.
 
 
 En varias canciones que has escrito aparecen referencias religiosas muy puntuales. Figura un fuerte sentido de la culpa, una gran preocupación por la salvación y en buena medida, el dolor que las recorre parece ancestral, venir de un lugar muy remoto. Hay incluso un cierto espíritu bergmaniano. ¿Se trata de religiosidad o de misticismo?
De poesía, y del hombre.
  
5468_1Cabe la posibilidad de que en La Sed Mortal seas el objeto de todos esos perdones. ¿Pero no cabe la posibilidad de que la misma canción –el hecho de componer esa misma canción- fuese una manera de disculparte a ti mismo?
Cabe esa posibilidad, pero es del todo irrelevante. Y además no lo ha conseguido. Pedir perdón por existir y seguir existiendo es, cuando menos, falaz.

 
En tu libro “Política de hechos consumados” tienes unos versos que dicen “El doble don de la sensibilidad suficiente / para apreciar las cosas buenas y sencillas, / y la absoluta incapacidad para disfrutar de ellas.” Ha pasado el tiempo, Nacho, ¿sigues siendo incapaz de disfrutar esas supuestas cosas buenas y sencillas? ¿Qué actividades te hacen disfrutar, más allá de lo musical?
Sí, claro, el porno en internet es bueno y sencillo… Ver ganar al Sporting, ver al Madrid perder 4-0 con el Alcorcón, ese tipo de cosas me gustan y las disfruto.
 
 
Son constantes los guiños literarios en tus canciones. Cualquier lector recorre un camino bastante zigzagueante a lo largo de su vida, va nutriéndose de diferentes cosas, pasando por diferentes etapas. ¿Cuál fue el tuyo? ¿Qué empezaste a leer que te llevó a lo que lees ahora? ¿Eres susceptible a las recomendaciones o más bien vas leyendo lo que los mismos libros que lees te van indicando leer?
Empecé leyendo a Los Tres Investigadores y acabo de leer Los Detectives Salvajes. Vaya, no había visto el paralelismo hasta ahora… Me encanta que me recomienden o que me regalen libros que esa persona piensa que me podrían gustar. Hay algo en ese gesto que me parece entrañable.
  

LS0341NV-ElGeneroBoboEres fruto de una generación que pasó de la apatía grunge a la frivolidad con una velocidad abrumadora. Tu música misma sufrió un cambio bastante precipitado, desde el sonido más sucio y afilado de Manta Ray a estos discos de corte más introspectivo que ahora conforman tu carrera solista. ¿Cómo ves el panorama hoy día, desde tu lugar de artista? Si miramos adelante, ¿qué ves?
Ahora, o bueno, tal vez desde hace ya algunos años, hay una nueva generación de bandas y solistas muy emocionante, como Manos de Topo, Cohete o Alondra Bentley… Pero estoy poniéndome al día, ahora no tengo perspectiva para mirar hacia delante. Bueno, no sé si se puede llegar a tener eso, en realidad la perspectiva sólo se tiene respecto al pasado, ¿no? Me estoy perdiendo…

 

  

 

 

Entrevista a Enrique Bunbury: «Me entiendo mejor con un nicaragüense que con muchos españoles.» octubre 11, 2009


Hace dos o tres años, en Buenos Aires, un personaje en mitad de la noche nos contaba que él había tocado los tambores en una presentación algo secreta de Enrique Bunbury por Perú. Recuerdo que nos habló de una pelea con tenedores a lo largo de una madrugada. De una silla rota. De viajes por la Selva. Mientras nos pedía cigarros, y nosotros esperábamos no sé qué ni a quién sentados en la calle, confesaba lo genial que había sido, para luego tararear una canción. No recuerdo cuál. No sé si era verdad o mentira lo que decía. En la noche, esas cosas no importan.

 
Sobre el escenario, Bunbury. Sus movimientos, mezcla de teatro y performance rock, acompañan canciones que se desgarran y apuntan contra otro, muchas veces contra uno mismo. Letras que hablan de lo que fue y pudo ser, de rescates que nadie paga, de espera y calma, de lo irremediable del tiempo. Textos que confiesan fiestas peligrosas y trampas necesarias por América Latina, pero que saben recoger la intimidad de una resaca que no olvida.
 
 Si hay algo sobre lo que nadie discute es la multiplicidad de registros que Enrique Bunbury ha explorado a lo largo de su carrera. Desde el éxito conseguido con Héroes del Silencio, pasando por los discos en solitario, más la placa que grabó junto a Nacho Vegas y las incursiones con Los Chulis, Bunbury ha ido siempre en búsqueda de un sonido, de una textura, de una estética, que lo conforme. Y no ha parado. Ese es uno de sus méritos: el de nunca detenerse. Rescata sonidos que poco se escuchan, y los reproduce con esa voz que juega a la impostura y provocación, a la trampa y al rock.
 
 Enrique Bunbury está de gira presentando su disco Hellville de Luxe, mientras espera la pronta publicación de su próxima placa titulada Las Consecuencias, y se dio una pausa para contestar las preguntas de La Periódica.
 
 
 Roberto Santander – Martín Abadía

 
 
 
En tus canciones abundan los sonidos latinos. Boleros, rancheras, corridos, etcétera. ¿Qué es lo que te entregan esos sonidos? ¿Desde cuándo escuchas esa música?

Es la música de mi infancia. En mi casa, mi abuela y mi madre no escuchaban rockanrol. Cantaban canciones populares en la cocina, mientras nos preparaban la cena. Esos son los sonidos de mi niñez: boleros, copla, tangos, rancheras… Posteriormente, hacia el 95-96 inicié un camino de vuelta volviendo a enamorarme de ese repertorio. Recuerdo la gira de Avalancha, en la que Aterciopelados nos acompañó de teloneros, tocando en habitaciones con Andrea y Héctor, repasando un cancionero inabarcable.
 
 
 Siempre se ha tratado los géneros que antes mencioné como géneros menores, muy alejados del rock. Algunas de tus canciones –pienso en las de El Viaje a Ninguna Parte, por ejemplo- intentan romper ese prejuicio, como si no existieran jerarquías entre los estilos de música. ¿Compartes la opinión?
 
 Para mí, no hay género mayor, ni menor. En todo caso, creo que el blues, las rancheras, el country, los tangos, el bluegrass, el bolero, el honky tonk, la cumbia, el rockanrol… todo, es canción popular. Canciones para el pueblo, para que las cante, para curar las penas y celebrar alegrías.
 
Al parecer te gusta Sudamérica. De hecho, has realizado largos viajes por bunbury1acá, quedándote en estos lugares. ¿Qué es lo que tiene Sudamérica o Centroamérica que no te entregue España? ¿Qué encuentras acá?

 
Pienso que España ha olvidado quién es, en su afán por no quedarse en el tren de cola de Europa, por buscar una modernización sin respetar su cultura, su pasado y su carácter. En Latinoamérica encuentro otras culturas, sí, pero siento de forma más profunda  la despersonalización que ha sufrido mi país. Me entiendo mejor con un nicaragüense que con muchos españoles. Me apena, pero es así.
 
 
 Cuentas en tu libro de Conversaciones que no guardas los mejores recuerdos de Santiago de Chile por tu experiencia con Héroes del Silencio teloneando a Iron Maiden. ¿Qué esperas de este concierto?

Guardo muy buenos recuerdos de Chile. Obviamente de ese concierto no. Aún así recuerdo el trato de Iron Maiden con mucho cariño. Y las fiestas nocturnas por Santiago, y conversaciones literarias en cafés y paseos por los Andes… Tengo una deuda pendiente con Chile, pero sé que el concierto próximo va a ser un hermoso reencuentro. Nosotros lo esparamos con ganas y, sabemos que muchos hermanos chilenos nos esperan desde hace tiempo.

 
¿Hay planes de otro disco junto a Nacho Vegas? ¿Por qué nunca hicieron una gira por Sudamérica?
 
 No hicimos gira. Sólo tocamos en Barcelona y en Ciudad de México. En aquel momento no tenía muchas fuerzas para embarcarme en un tour y unos pocos shows fueron suficientes. Por otro lado, no descarto volver a trabajar con Nacho Vegas. Creo que hicimos un buen disco y que podemos hacer un mejor trabajo en el futuro. Actualmente es complicado, pero, personalmente, me encantaría volver a grabar un Bunbury-Vegas. 
 
 
Uno de los proyectos que tienes es el de laEditorial Chorrito de Plata, donde publicas poesía, generalmente de jóvenes. ¿Qué criteriosutilizas para seleccionar a los poetas que publicas?

Actualmente está aparcado, después de tres o cuatro años de actividad y una docena de títulos publicados. Queremos hacer un replanteamiento que nos ayude a internacionalizar el proyecto y adaptarnos a nuevos métodos de distribución.
 
 
¿Tienes pensado volver a realizar un proyectosimilar al “Una Noche Con Panero”? ¿Algún otro poeta que te gustaría musicalizar?
 
En principio no. Ahora estoy con la gira de «Hellville…» que durará hasta prácticamente Diciembre. Antes saldrá mi nuevo álbum, «Las Consecuencias», y el año que viene tengo un par de proyectos discográficos cara a EEUU y Europa, principalmente. Va a ser un año emocionante, y no puedo añadir más leña al fuego.
 
 
En “Hay muy poca gente”, canción del Hellvile de luxe cantas “las palabras no sirven para nada y empiezo a pensar que en realidad hay muy poca gente”. Tomando como base eso, y pensando en estos tiempos, ¿cuál es la utilidad que le ves a una canción en el mundo de hoy? ¿Hay muy poca gente?
 
Nunca pensé en la música como un utensilio. En todo caso, lo sería para el alma, que es muy particular y personal. Creo que la música puede sanar. Una canción puede ayudar en momentos difíciles y puede acompañar en celebraciones. No más. Ni menos.
 
  
bunbury&vegasPronto publicarás un nuevo disco que se llamará «Las Consecuencias». ¿Qué diferencia tiene con tu disco anterior? ¿Son canciones que aparecieron después del Hellville de luxe o hay algunas que no entraron en esa placa y tenías guardadas?
 
 Inmediatamente después de grabar «Hellville de Luxe», fuimos al Puerto Santa María, en el sur de España, donde vivo y nos metimos en el estudio que tiene ahí Paco Loco, productor de la escena independiente española. Ahí hicimos algunas pruebas de sonido y búsqueda cara a un próximo disco. Posteriormente, empecé la gira de «Hellville…» y fui recopilando material para ese hipotético álbum. Durante la gira americana mostré canciones a Ramón Gacías, mi baterista y mano derecha. Le pregunté: «Yo creo que esto tiene una forma propia y parece un disco muy especial. Qué te parece?». Coincidimos en que había que aprovechar el momento óptimo de la banda, engrasada por la gira y en plena forma. Volvimos a España y nos encerramos un par de meses en Figueres en Musiclan, los estudios donde grabo casi todo desde hace diez años. De ahí surgió «Las Consecuencias», un disco nocturno, de cierre y apertura de un nuevo ciclo en mi carrera. Creo que es uno de los buenos. Ustedes confirmarán o me negarán en cuanto lo escuchen.
 
 
 Por último, Enrique, ¿qué música estás escuchando? ¿Algún grupo que recomendar?
 
 Me gusta mucho Micah P. Hinson, Ximena Sariñana, Lasha de Sela, Bonnie Prince Billie, Bill Callahan, Conor Oberst, Felice Brothers, Dr. Dog, Quique González, Nacho Vegas, Alain Toussaint, Jesse Sykes & the Sweet Hereafter, Karen Dalton, Lucinda Williams, Rambli´Jack Elliot, y el blues del Delta de los 30.

 
 
 
Enrique Bunbury toca en Santiago el día 26 de Octubre, en el Teatro Caupolicán.
Más fechas de su gira en http://www.enriquebunbury.com